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Bodegas Queirón

Un sueño que acaricia el tiempo

Nace Queirón, el proyecto vitivinícola de la familia Pérez Cuevas en Quel, en Rioja Oriental, en pleno valle del río Cidacos, entre las sierras de Yerga y la Hez y en el corazón del Barrio de Bodegas de Quel.

 El sueño de la familia Pérez Cuevas, con Gabriel y Mari Luz al frente se hizo realidad en forma de bodega: Queirón. Un sueño largo, que nace en el Barrio de las Bodegas del siglo XVIII de Quel (Rioja Oriental) cuando apenas había bodegas… Un sueño recurrente en los que recupera los viñedos de su pueblo. "Cuando se arrancaba viña, él plantaba en espacios recónditos, en alturas límites; cuando se iba a un cultivo monovarietal; él se empeñó en salvar de la agonía y el olvido dos castas originales de nuestro territorio como son la garnacha o el graciano", tal y como relata Raquel Pérez Cuevas, una de sus hijas, que como el resto de sus hermanos trabaja para que el sueño de sus padres siga siendo una realidad. Y trabajan duro, porque no es la única bodega de la familia. Su pasión por el vino les llega casi desde la cuna, cuando Gabriel allá por los años 80, fundó una de las bodegas más importantes de La Rioja: Ontañón.

 Queirón es esencialmente un proyecto familiar arraigado a su tierra en el que Gabriel y su esposa Mari Luz han depositado en cada uno de sus cuatro hijos las responsabilidades de la nueva bodega. Raquel, Leticia, Rubén y María; o lo que es lo mismo, viñedo, enología, comercialización, equipo humano. Alma y dignificación de una de las zonas más remotas de Rioja, Rioja Oriental, Sierra de Yerga, variedades autóctonas, equilibrio máximo y radical con la naturaleza y búsqueda de la expresión más sutil de cada una de sus parcelas, que configuran un enriquecedor microcosmos de suelos, exposiciones, alturas y variedades que confieren al proyecto un infinito de posibilidades.

 Quel es un pueblo que sabe a vino. Hay documentos que atestiguan su relación con la viticultura datados en 1327 y uno de sus grandes tesoros en su Barrio de Bodegas, una verdadera joya de la que se tienen referencias en catastros históricos como el del Marqués de la Ensenada (1752) en el que se recoge la existencia de más de 350 cuevas para elaborar vino en un pequeño cerro situado en la margen sur del río Cidacos. En la actualidad, cuenta con unos 200 calados que configuran un complejo y curioso entramado de galerías y excavaciones subterráneas a distintos niveles en los que se elaboraba el vino por gravedad. La familia Pérez Cuevas ha recuperado aquella forma de hacer el vino tradicional queleña y la ha adaptado al siglo XXI en la coqueta y exquisita bodega que tras diez años de construcción acaba de abrir sus puertas.

"El viñedo es nuestra razón de ser. Sin duda. Mi padre lo ha tenido claro desde el primer momento", explica Leticia, que dirige la viticultura de Queirón con la obsesión de respeto al medio ambiente: "Entendemos los suelos y su biodiversidad como la base de la pirámide de la vida en nuestros viñedos". Rubén, enólogo y hermano de Leticia, es el encargado de elaborar los vinos. Cursó enología en la Universidad de La Rioja y sostiene que es en la viña donde se percibe la definición más exacta y concreta de cada vino: "En ella todo comienza a coger forma, después lo esculpes y lo ensamblas, pero la viña es el principio de todo".

 Los vinos de Queirón

La aventura de Queirón se presenta con cuatro vinos: Mi Lugar (2017), un ensamblaje de diferentes parcelas y variedades de Quel; El Arca (2017), que es la expresión más nítida de un viñedo centenario de menos de una hectárea de garnachas; un monovarietal de graciano sin sulfitos (2018) y Queirón de Gabriel (2011), un reserva homenaje al fundador de la bodega que nace de las viñas que plantó hace más de treinta años en La Pasada y con el que soñaba desde que era un niño.

 Ontañón, familia de viñadores

El viñedo es la gran pasión de Ontañón Familia. En cada una de sus bodegas de Rioja, Ribera de Duero, Rueda y Navarra ha realizado una apuesta por dotarse de sus propias uvas buscando terruños genuinos en los que ha implantado una viticultura sostenible y racional. Queirón supone para Ontañón Familia el regreso a sus orígenes y la búsqueda de la expresión más profunda del territorio donde hace más de treinta años Gabriel Pérez puso los cimientos más profundos de su filosofía como viticultor.

 Queirón representa en la mitología griega un centauro que vivía en una cueva del monte Pelión, en Tesalia, y fue un consumado educador en música, arte, caza, moral, medicina y cirugía; además de tutor de héroes como Aquiles, Teseo o Jasón. Queirón, mitad caballo y mitad hombre, poseía dos almas: la primera instintiva y primaria y la otra racional, delicada y refinada. Su mito representa la convivencia de la naturaleza salvaje con la civilización, la unión, el encuentro entre el instinto y la razón. Este mito se traslada a la bodega Queirón con esa misma filosofía: la naturaleza de la zona de Quel, sus tierras, su clima, sus viñedos, y el conocimiento de la tradición viticultora de la zona y de la pasión de la familia Pérez Cuevas por un entorno en el que han alumbrado un proyecto enológico que nace de su vocación por elaborar vinos de Quel que expliquen el territorio, la Sierra de Yerga, Rioja Oriental, Rioja…

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