Tres botellas, tres copas y una pantalla. No hace falta más para disfrutar de un buen vino, aunque sea por ‘streaming’, que los tiempos del COVID mandan. Si ya la maestra que actúa como directora de esta orquesta aporta las bases y curiosidades necesarias para ahondar un poquito más en ese trago, la experiencia adquiere otra dimensión.
Su nombre es Marta Bernard, ingeniera agrónoma y futura enóloga con años de experiencia a sus espaldas en el sector vitivinícola, aunque siempre desde un enfoque más técnico. Ahora quiere conseguir que el vino no asuste al público de a pie, que degustar una copa no suponga someterse a un examen. «Simplificar lo que no es más que un placer».
Desde el pasado mes de noviembre organiza catas online de iniciación personalizadas a través de su empresa Luciérnaga Wine & Food Experience, fundada el pasado mes de noviembre a raíz de la pandemia. «Antes me dedicaba a asesorar a bodegas y al sector de la restauración en cuestiones de formación sobre enología, viticultura y análisis sensorial para explicar los vinos al público. Pero llegó la pandemia y tuve que reinventarme. Con vinos que compraba en el supermercado comencé a hacer catas online y hasta ahora», explica la enóloga.
Ella envía a los participantes un listado con los vinos que se van a probar, un documento sobre cómo preparar el vino, un mantel de cata personalizado y, además, tres recetas de maridaje muy enfocadas al producto riojano. Las catas varían desde una de tintos de Rioja, con tempranillo, garnacha y graciano; una de blancos de diferentes Denominaciones de Origen de España, y otra cata de vinos de Toro o del Bierzo.
La respuesta del público, principalmente particulares que actúan como cliente final, ha sido muy positiva, «mostrando gran interés, queriendo saber más sobre la elaboración del vino, su proceso de crianza y los aromas que desprende». Pero sobre todo dándose cuenta de la sencillez que tiene el tomarse una copa de vino: «Siempre han entendido el vino como algo complicado, difícil de comprender, y eso les frenaba a la hora de catar uno, pero con esta formación básica se sorprenden al darse cuenta de la capacidad que tienen para diferenciar unos de otros e identificar los distintos matices».
La demanda de catas online ha ido creciendo con el paso de los meses pero Marta reconoce que la relajación de las restricciones sanitarias ha propiciado un leve descenso en marzo. «Mientras antes predominaban grupos de parejas y de cuatro personas, ahora son grupos más grandes de amigos que viven en diferentes comunidades», apunta. Pero las catas también se han trasladado a tiendas especializadas y empresas donde poder compartir en persona aprendizajes e inquietudes en torno al mundo del vino para que cada cual se fije sus esquemas básicos.
Lo que motiva a Marta es conseguir despertar ese gusanillo hacia el vino en el público en general, «que aprecien cómo se puede disfrutar de toda la complejidad e historia que esconde un vino de una manera muy sencilla, resumida, muy visual y cercana». Es la manera también, recalca, de llegar a un mayor público y seguir creciendo.
«Los propios técnicos lo hacemos mal cuando explicamos un vino a alguien que no sabe lo que son los polifenoles empleando tecnicismos, pero es a lo que estamos acostumbrados por nuestra formación. No tenemos tan explotada la parte comercial, pero para llegar a todo el público hay que trasladar ese lenguaje más técnico al lenguaje de a pie para que así conciban el vino como una bebida de disfrute y atraiga al cliente más joven también», insiste.
En este sentido, considera que «en Rioja, una Denominación de Origen clásica y con una gran tradición por detrás, parece que hacer las cosas de forma más sencilla resta valor al producto, pero nada más lejos de la realidad». Toca abrir la mente e ir de la mano con las demandas del público sin poner límites a una buena copa de vino.
Con o sin pandemia, Marta continuará con sus caras virtuales, pero ya trabaja en trasladar esta formación a bodegas y tiendas especializadas donde realizar talleres presenciales y cursos. Además, las fronteras no son un impedimento y también quiere experimentar con vinos internacionales para ampliar la oferta y dar a conocer oros sitios, enfocándose más en empresas.
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